Esta semana pasada, en el Curso preparación de oposiciones de Geografía e Historia, hemos visto y analizado diferentes formas del relieve peninsular, tomando como referencia el Tema 17: «Relieve, clima, vegetación de la Península Ibérica. Diversidad regional e insular».
Entre los ejemplos de formas de relieve vistas en clase, analizamos brevemente las costas recortadas del noroeste peninsular, que se extienden a lo largo de casi 1500 kilómetros de longitud.
Las rías gallegas son brazos de mar que penetran en el continente. Según los estudios de Torres Enciso y de Henri Nonn, su origen se halla en el Cenozoico y su formación se debe a factores diversos:
- Por un lado, la acción tectónica, que dio lugar a bloques fracturados, levantados y hundidos, producto de la orogenia más reciente, alpina;
- por otro, la excavación resultado de la acción erosiva de los ríos. Estos valles fluviales, en su tramo final, son invadidos por el mar.
- También debemos tener en cuenta la erosión producida por los agentes geodinámicos externos en la formación de las rías: precipitaciones, viento, oleaje, corrientes marinas etc
Entre las rías de Galicia, nos encontramos el predominio de unos u otros factores en su formación. Por ejemplo, en las Rías Altas prevalece el factor de la invasión del mar en los valles fluviales. En rías como la de Arousa, ya en el sector de las Rías Baixas, nos encontramos una cubeta terciaria rellenada, en el origen de su formación. La amplia ría de Vigo, con 35 Kilómetros de longitud desde su boca, posiblemente tenga un carácter tectónico.
Otras rías, como la de Camariñas o la de Cedeira, se describen como de tipo mixto: valles fluviales arrasados junto a la fragmentación del terreno.
Las rías gallegas constituyen zonas de abrigo favorables al emplazamiento histórico de los puertos y a la pesca litoral. En estas zonas se generan los afloramientos costeros resultado de las corrientes que las recorren, dando lugar a una gran productividad pesquera.
El relieve de rías canaliza asimismo las precipitaciones, vientos y humedad procedente del océano, dando lugar al característico clima atlántico u oceánico que define a esta parte sur de la fachada occidental europea.
Aunque en Galicia adquieren gran protagonismo las rías, no debemos olvidar la rectilínea costa de rasas en el sector cantábrico. Estas son antiguas niveles de plataformas de abrasión marina, que quedan al descubierto en el intermareal.
Los fiordos del norte de Europa, al igual que las rías, son el resultado de la invasión del mar, en este caso, en el valle excavado por el glaciar. Son, por lo tanto, formas de modelado glaciar, propio de altas latitudes.
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